La manzana de mesa asturiana busca abrirse su hueco en el mercado
“Queremos sacar una de buena calidad, intentar recuperar la nuestra”, explica Isabel Rubio, joven emprendedora rural con una finca familiar con arándanos, fabas y aguacates
Ana Paz Paredes, San Cosme (San Martín de Luiña) ,
Isabel Rubio García-Braga es una emprendedora rural que transmite, desde el primer momento, la satisfacción que siente con su trabajo. Con doble licenciatura en Administración y Dirección de Empresas y Económicas y con un Master en Hospitality Management, después de estar trabajando 13 años en el extranjero hace tiempo ya que se incorporó en San Cosme (San Martín de Luiña) a trabajar en una finca donde sus padres habían plantado arándanos y fabas, una actividad que, además de haberse convertido con el tiempo en su trabajo es, al tiempo, también su pasión.
“Yo estoy encantada de estar aquí. Además, con el tema de la pandemia, al final nos reunimos aquí toda la familia. Por mi parte hace poco me compré una casina en Prámaro y estoy a 700 metros de la finca”, señala esta joven emprendedora que, echando la vista atrás, sabe que lo cosechado en el pasado sirve para continuar adelante en el futuro.
“Cuando llegué me dediqué primero a los arándanos, tenemos una hectárea plantada con 2.500 plantas; comercialización, redes sociales, moverte por la zona para ofrecer el producto y también en la recogida, y enseguida me incorporé también con la faba asturiana, dentro de la IGP Faba de Asturias”. Con el nombre de Finca el Ribeiro, la producción media envasada como categoría extra ronda los 1.000 kilos anuales. “En los últimos años hemos aumentando la plantación con una hectárea con lo que esperamos producir entorno a los 1.700 a 1.900 kilos de fabas”, explica.
Ella puntualiza, a renglón seguido, que “actualmente están en proceso de conversión a ecológico todas las plantaciones con lo que nuestra primera cosecha de faba ecológica será para 2023. Nuestro proyecto fue siempre tener una finca agroecológica, y en ellos estamos, trabajando en ello con mucha ilusión y con muchas ganas”.
Esta emprendedora rural recuerda que, aunque la pandemia afectó fuertemente a la hostelería, en su caso ese efecto no fue acusado. “Siempre vendimos mucho a tiendas y supermercados donde la gente compra nuestra faba”. Y como el campo pide evolución y ella es mujer inquieta y en contaste evolución y aprendizaje, también tiene en marcha una plantación de manzanos de mesa.
“Plantamos unos 300 manzanos, pero perdimos muchos con los jabalíes, que volvimos a replantar. Vas a los supermercados y no encuentras manzana asturiana de mesa, todas son de fuera. Nosotros queremos sacar una manzana buena, de alta calidad, aunque sea poca producción, pero intentar recuperar la nuestra. Plantamos diez variedades: mingan, prima, priscilla, dayton, liberty, williams pride, florina, reineta encarnada, reineta roja y goldrush. El problema que tiene nuestra manzana es su introducción en el mercado a un precio competitivo”.
No queda ahí la cosa. Tras adquirir nuevas fincas la semana que viene inicia también la plantación de aguacates, plantando un total de 900 árboles de las variedades hass y bacon. “A ver cómo se nos da, yo espero que bien, esta vega es muy fértil. Venimos controlado los dos últimos años la temperatura y la humedad y estamos convencidos de poder sacar adelante esta nueva plantación”, afirma.
Isabel Rubio, que está en contacto con otros emprendedores rurales, cree que “hoy día en el campo hay gente muy cualificada trabajando con sus proyectos en la zona rural. Cada vez son más los que llegan buscando vivir con más tranquilidad y teniendo su propia empresa. Yo creo que la agricultura tiene futuro en Asturias. Yo estoy aquí, dedicada a ella, y no me pienso ir”.